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La mirada del experto

Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos

Noviembre 25, 2020
Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos

  • La Dra. Maite Fernández, experta en Sexología, nos aconseja sobre cómo hablar de los genitales, el sexo y el placer, entre otros temas, a niños y niñas en función de la edad y la madurez emocional.

Los padres no siempre tienen la respuesta a todas las preguntas que les hacen sus hijos, y tampoco tienen porqué sentirse cómodos hablando de según qué temas. La sexualidad es uno de estos asuntos sobre los que cuesta hablar y propenso a convertirse fácilmente en un tema tabú.


Sin embargo, muchos padres reflexionan y sienten la necesidad de guiar a sus hijos en algo tan básico en la vida como el sexo y lo que conlleva. Lo ideal es empezarles a educar en la materia prácticamente desde que los niños nacen, en lugar de esperar a que sean adolescentes y hayan encontrado las respuestas, muchas de ellas equivocadas, por sí mismos.


La educación sexual es la formación destinada al aprendizaje y la puesta en práctica de temas relacionados con la sexualidad, como la orientación sexual y el género, el sexo y las relaciones, la austoestima sexual, el respeto y el placer o los métodos anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual, entre otros.


Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos


¿Cómo conseguimos hablar con nuestros hijos de sexualidad de forma natural y espontánea y logramos que entiendan el significado de respeto en este ámbito? La Dra. Maite Fernández, Ginecóloga y experta en Sexología en Creu Blanca, nos da las claves para abordar la sexualidad desde un punto de vista positivo, enfocadas a la prevención pero también al placer, el autoconocimiento y el respeto, ¡algo que solemos pasar por alto!


De 0 a 3 años: cómo soy


“La educación sexual en la edad infantil debe ir enfocada a la aceptación, el autoconocimiento y la autoexploración”, afirma la Dra. Fernández. De los 0 a los 3 años, la curiosidad mueve a los niños. Ver y tocar todo aquello que les llama la atención les hace de lo más felices, ya que les permite descubrir el mundo por sí mismos.


Este interés por explorar las cosas que les rodean también se traslada a su propio cuerpo, dando lugar a los primeros gestos y preguntas acerca de los genitales.


Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos


“Mi hija se mira y se toca toca la vulva, ¿es normal?”


Antes y después de orinar se observan la vulva o el pene, mientras se duchan o permanecen sentados se los tocan con frecuencia o, incluso, se fijan en los genitales de sus muñecos o juguetes. Estas, entre otras situaciones, son muy frecuentes y normales en la primera etapa de la infancia, y los padres somos los responsables de aprovecharlas para empezar a dar los primeros pasos en la educación sexual de nuestros hijos. La cuestión es cómo.


El primer paso consiste en aceptar que nuestro cuerpo está compuesto por diferentes partes, y que todas requieren de nuestra atención y cuidado, incluyendo los genitales, para crecer física y emocionalmente sanos.


“Los niños, a diferencia de los adultos, están libres de prejuicios. Para ellos, nada diferencia a la nariz o las orejas de la vulva o el pene. La diferencia la creamos los adultos en el momento en que decidimos lo que los niños pueden o no explorar”, aclara Fernández.


A edades tan tempranas, los niños asocian cualquier prohibición por parte de los padres con peligro, suciedad o vulgaridad. “En el caso de la vulva, por ejemplo, ocurre que muchas mujeres han crecido con la idea de que es una parte que deben mantener oculta, que es sucia, fea y que huele mal”, añade Fernández.



Herramientas para ayudar a los más pequeños a conocer sus genitales:


  • Libros

Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos


Los libros infantiles de sexualidad explican de forma didáctica qué son y qué partes componen los genitales, tanto de niños como de niñas. Las ilustraciones y los dibujos ayudan a los padres a acercar esta parte del cuerpo a sus hijos de forma que estos puedan entenderlo.


De 3 a 6 años: cómo actúo


“Una vez hemos creado junto a nuestros hijos una visión más positiva sobre los genitales, es importante educar en la prevención de los abusos sexuales”, explica Fernández. Este tema resulta menos agradable pero ayuda a los niños a cultivar el respeto hacia su propio cuerpo y el de los demás. Asimismo, fija los cimientos para que sepan poner límites y tomar sus propias decisiones en la edad adulta.


Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos


Ejemplos concretos que les ayuden a aprender a decir y a respetar un NO por respuesta:


  • Ejemplo 1: “Si alguien quiere ver tus braguitas /calzoncillos o te pide que te las / los quites, pero tú no quieres, debes decir que no”.

Además, también debemos transmitirles el ejemplo contrario, es decir, que aprendan ellos a recibir un no por respuesta y a respetarlo.


  • Ejemplo 2: “Si tú quieres acariciar o darle un beso a un compañero de clase, pero él no quiere que se lo hagas, debes respetar su decisión y no hacerlo”.

Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos


“Detectar a tiempo los abusos sexuales demuestra que el niño es capaz de reconocer que se trata de un abuso y que tiene la suficiente confianza con los adultos para explicarlo. Crear esa confianza está en nuestras manos”, explica Fernández.


Por otro lado, en esta franja de edad es necesario ampliar conocimientos que habíamos ido introduciendo en la etapa anterior. De los 3 a los 6 años, nuestros hijos suelen empezar a compararse con las personas de su alrededor, como pueden ser hermanos mayores o padres, y a hacerse preguntas, como por ejemplo: ¿Por qué mamá tiene pelo en la vulva? ¿Por qué el pene de papá es más grande que el mío?


Ante este tipo de preguntas, los padres debemos reaccionar con espontaneidad e intentar ir más allá. Una posible respuesta podría ser: “Mamá tiene pelo porque es una persona adulta y, además, por si no lo sabías, tiene en la vulva tres agujeritos, uno para el pipí, otro por donde nace el bebé y otro para la caca”.


De esta forma, los niños aprenden los conocimientos desde la base y, además, crean un vínculo duradero de confianza con los padres que les permite preguntar sin vergüenza y con total naturalidad.


Juegos para resolver dudas básicas sobre sexualidad


  • 'Espejito, espejito’

El juego del ‘espejito, espejito’ consiste, como su propio nombre indica, en hablar con el espejo. Pero hablar de una forma muy peculiar, es decir, situándonos con nuestros hijos delante de un espejo e ir señalando cada una de las partes visibles de sus genitales. Vulva, labios externos, labios internos y clítoris en el caso de las niñas, y pene, glande, prepucio y testículos en el caso de los niños.


De 7 a 10 años: Cómo cambia mi cuerpo


Siguiendo el hilo del consejo anterior, entre los 7 y 9 años es un buen momento para pasar de hablar del exterior al interior del aparato reproductor femenino y masculino. Y, por supuesto, cómo encajan entre ellos en el momento de la reproducción. “Lo interesante es estar atentos a sus muestras de interés por la sexualidad y por la relación con el sexo contrario”, declara Fernández.


Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos


Vagina, útero, trompas de falopio o ovarios son conceptos que deben de sonar a niños y niñas. Igual que uretra, próstata o conducto eyaculador, cuando nos referimos al aparato reproductor masculino.


Explicarles de dónde salen los bebés o cómo se fabrican va más allá del simple acto sexual, es decir, debemos involucrar en la conversación otros conceptos relacionados con hacer el amor, como la búsqueda del placer y la afectividad.


Cómo hablar sobre menstruación y eyaculación


En esta etapa también podemos ir introduciéndoles con naturalidad la importancia de la llegada de la primera menstruación o de la primera eyaculación. Adelantarles este tipo de cosas permite a los niños hacerse la idea de que su cuerpo irá experimentando cambios a medida que pasan los años, y que deben aceptarlos y alegrarse por ello.


De 11 a 14 años: Qué me produce placer


“La adolescencia es la etapa por la que los jóvenes tienen más interés por la masturbación y las** relaciones sexuales**”, afirma Fernández. “Los adolescentes quieren saber más sobre el sexo, sobre cómo lo practica la gente, más allá de la penetración, y sobre cómo pueden prepararse para cuando les llegue el momento”, precisa Fernández, quien insiste en inculcarles el sentido de la responsabilidad en las relaciones sexuales, así como promover la prevención mediante el conocimiento de los diferentes métodos anticonceptivos y las enfermedades de transmisión sexual.


Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos


“En esta etapa también cobra mucha importancia el hecho de saber poner límites. Es habitual encontrarnos con adolescentes que juegan a competir, obsesionados por ver quién hace más. Para evitar esta situación, debemos transmitir a nuestros hijos un mensaje de tranquilidad y hacerles saber que ellos tienen que decidir por ellos mismos, no dejarse llevar por lo que hacen sus amigos. Es decir, empezar a tener relaciones sexuales u otras prácticas cuando se sientan preparados y con quien se sientan a gusto”, puntualiza.


Los expertos insisten en transmitir a los adolescentes que la masturbación favorece la autoestima sexual propia y que no deben avergonzarse por ello.


“Si no estás bien contigo mismo, nunca podrás estarlo con los demás. Si trasladamos esta idea al ámbito de la educación sexual, podemos asegurar que la sexualidad en pareja no funciona si no marcha bien la sexualidad individual”, aclara Fernández.


Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos


En el caso de las mujeres, conocer la función del clítoris, denominado el botón del placer, es esencial para tener una experiencia sexual satisfactoria con una misma y/o en pareja. “Muchos libros de texto excluyen al clítoris, es decir, ni siquiera hacen referencia. Cuando precisamente es el órgano que permite a las mujeres sacarle jugo a nuestra vida sexual”, añade.


Pornografía en la adolescencia


La pornografía crea una expectativas erróneas e irreales de lo que realmente es el sexo.


Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos


“El porno ha hecho mucho daño en todo lo relativo a la sexualidad. Los jóvenes quieren muchas veces imitar lo que ven en los vídeos porno y, cuando no lo consiguen, se frustran y creen que ellos mismos o su pareja tienen un problema que les impide vivir experiencias sexuales placenteras”, explica Fernández.


“Se obsesionan por cuánto dura el acto sexual, por ejemplo, creando unas expectativas erróneas acerca del placer. Para frenar esta situación, debemos hacerles entender que la genitalidad, además de la penetración, es sensualidad, afecto y trabajo previo para que ambas partes disfruten de sus encuentros sexuales”, añade.


Al final, todo gira entorno al cuidado de nuestra autoestima sexual. Cómo soy y cómo funciono, lo que me gusta y lo que no, qué estoy dispuesto a permitir y qué decisiones ajenas debo respetar. Resolver cada una de estas cuestiones contribuye a nuestro crecimiento personal en la esfera sexual, algo que a la larga repercutirá de forma positiva en otras esferas de nuestra vida.


Educación sexual: cómo hablar de sexualidad a nuestros hijos


Curiosidad, placer, prevención y afectividad. ¡O un mix de todo! ¿Qué capítulo de la educación sexual crees que deberías introducir por el momento a tus hijos?


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