En muchas ocasiones nuestros médicos de cabecera reciben a pacientes con la pregunta “¿A qué se debe su visita?” Responden categóricamente: “Estoy muy mal. Tengo gripe. Recéteme algo que me haga sentir mejor, por favor”.

Ante estas afirmaciones el doctor entrelaza una serie de preguntas:

• “¿Le duele el cuerpo?” “Levemente”.

• “¿La congestión nasal es continua o persistente?” “Continua”.

• “¿Estornuda poco o mucho?” “Muchísimo”.

• “¿Le duele la garganta?” “Sí”.

• “¿Ha presentado fiebre, diarrea o vómitos?” “No”.

• “Pues tengo que comunicarle que usted no presenta un cuadro de gripe, sino un fuerte resfriado”.

Gripe

La diferencia entre la gripe y el resfriado es mínima y puede llevar a confusión.

Ambas enfermedades son ocasionadas por un virus. La gripe se origina por los virus de la influenza y el resfriado puede aparecer por más de 200 virus diferentes.

La gripe da los siguientes síntomas:

• Dolor agudo de cuerpo.

• Fiebre, vómitos o diarreas.

• Estornudos ocasionales.

• Tos intensa aunque no se presenta dolor de garganta.

• Congestión ocasional.

• Falta de energía.

Los síntomas del resfriado son más leves:

• Dolor de garganta y posiblemente de cabeza.

• Malestar sin llegar a dolor de cuerpo.

• Tos leve.

• Estornudos continuos.

• Congestión nasal y goteo constante.

• No presenta ni diarreas, ni vómitos y rara vez presenta fiebre.

Aunque los resfriados pueden llegar a ser molestos no tienen por qué afectar a la vida diaria. En cambio la gripe sí que impide el desarrollo de las actividades diarias debido a un agotamiento general.

Desde Creu Blanca te recomendamos que ante los primeros síntomas que presentes solicites consejo médico ya que hay varios estudios que demuestran que ante estas enfermedades es el propio paciente quien determina la medicación que tiene que tomar. La automedicación es un grave error. Es un médico quien te ha de aconsejar los medicamentos que has de tomar. No te la juegues automedicándote.