Las hemorroides, popularmente conocidas como almorranas, son una patología benigna más común de lo que crees. Se producen por la dilatación e inflamación de las venas de la parte recto-anal y se manifiestan en forma de escozor, picor, sangrado y prolapso hemorroidal, que se caractiza por provocar una sensación de "bulto".
A pesar de lo molestas que pueden llegar a ser, existen métodos para prevenirlas y, si ya las padeces, calmar sus síntomas. El Dr. Loris Trenti, cirujano general y proctólogo de CreuBlanca, te da las claves para conseguirlo.
1. Evita el estreñimiento. La ingesta de alimentos con un mayor contenido en fibra te ayudará a mejorar la regularidad con la que vas al baño. Aumenta el consumo de frutas, verduras, cereales integrales y semillas.
**2. No te esfuerces al defecar. **Si ir al baño te comporta hacer mucho esfuerzo, relájate. Hacer demasiada fuerza, además de resultar doloroso, puede agravar los síntomas debido al aumento de la presión intra-abdominal. Evita fumar o mirar el móvil, pues este tipo de hábitos pueden ponerte más nervioso y alargar el proceso de evacuación.
3. Hidrátate. El consumo abundante de líquidos, principalmente agua, favorece el tránsito intestinal. Intenta beber alrededor de 2 litros de agua al día. Todo ello ayuda a prevenir importantes esfuerzos a la hora de ir al baño.
4. Elimina el picante de tus platos. El alcohol, el café y los aderezos picantes, como por ejemplo las guindillas, irritan en mayor medida el intestino grueso. Esto puede empeorar los síntomas de las hemorroides.
5. Muévete. Los característicos picores de las almorranas pueden desaparecer o aliviarse en cuanto caminas o realizas ejercicio físico. De lo contrario, el sedentarismo es otro de los desencadenantes de la formación de hemorroides.
6. Pero tampoco estés de pie demasiado tiempo. La bipedestación aumenta la presión hidrostática sobre las hemorroides, lo que favorece su inflamación.
7. Realiza baños de asiento. Siéntate sobre un cubo con agua templada en el caso de sentir picor, escozor o dolor por congestión. Esto puedes realizarlo entre 2 o 3 veces al día y durante unos 15 minutos aproximadamente. Si lo prefieres, puedes añadir al agua hierbas o plantas medicinales con propiedades antiinflamatorias y cicatrizantes, como por ejemplo el aloe vera 100% natural, la vid roja, el ginkgo o la cola de caballo.
8. Pregunta a tu médico sobre fármacos venotónicos. Se trata de un grupo de medicamentos que ayudan a mejorar la circulación venosa ano-rectal. Requieren de prescripción médica, por lo que es importante que tu médico valore si en tu caso pueden beneficiarte.
9. Evita la ropa ajustada. Sobre todo en lo que se requiere a la ropa interior. El uso de tanga, por ejemplo, perjudica el riego sanguíneo, lo que puede incrementar las molestias y dificulta la desaparición de las hemorroides. Asimismo, te recomendamos optar por tejidos suaves y de calidad.
10. Mantén a raya la higiene. Rascarte y frotar con intensidad solo hará que incrementar las molestias y provocar más irritación. Por lo que te recomendamos tratar la zona con agua tibia y jabón neutro. Aplícatelos de forma suave y a base de toques después de ir al baño. Puedes consultar con tu médico el uso de una pomada o crema especial.
Para tu tranquilidad, “solo en el 4% de los casos requieren de una intervención quirúrgica, por lo que la mayoría de los casos suelen solucionarse con un cambio en los hábitos higiénicos y alimentarios”, destaca Trenti.
Las hemorroides de grado menor que no responden al tratamiento médico suelen poderse tratar con métodos ambulatorios que permiten un rápido regreso a las actividades diarias. El principal tratamiento ambulatorio es la ligadura con banda elástica. El procedimiento se realiza en la consulta, sin anestesia y dura unos 15-20 minutos máximo. Consiste en estrangular los paquetes hemorroidarios internos aplicando bandas elásticas creando un proceso de fibrosis con el objetivo de parar el sangrado y reducir el prolapso.
En la Unidad de Cirugía General de CreuBlanca contamos con profesionales especializados en coloproctología para ofrecer un diagnóstico conciso y un tratamiento personalizado, ajustándose en función de los síntomas y el nivel de gravedad de tus hemorroides. Detectamos el origen del problema y conseguimos tratarlo de forma integral. Todo ello, permite reducir el dolor y facilitar tu recuperación.