Antes de emprender un viaje normalmente buscamos información sobre el destino, lugares de interés, el idioma o las costumbres locales. Menos habitual es preocuparse por un elemento fundamental del viaje: la salud. Por eso os recordamos los aspectos que consideramos más importantes a tener en cuenta a la hora de planificar un viaje.
Tener presente las enfermedades del destino
Muchos destinos, sobre todo los tropicales, cuentan con la presencia de enfermedades como la malaria, el tétanos o la hepatitis. Además, cuando nos encontramos en un ecosistema que no es el nuestro habitual, el organismo se tiene que adaptar a las bacterias presentes en el lugar. Por eso muchas veces cuando viajamos puede aparecer la temida “diarrea del viajero” una condición provocada por el cambio de condiciones higiénicas y alimentarias del lugar al que viajamos. En el caso de viajar a estos lugares, deberemos cumplir a rajatabla las medidas sanitarias del Ministerio de Sanidad para cada nación como las vacunaciones obligatorias en estos países.
Cumplir los requisitos de salud del destino
Otra situación distinta pero igual de importante es aquella en la que el país de destino exige un certificado médico para poder entrar. Es por ejemplo el caso de Australia, Nueva Zelanda o Canadá. En estos países es requisito indispensable para obtener el visado la realización de un chequeo médico que certifique las condiciones de salud del viajero. Normalmente se pide para los visados de larga estancia como los de residencia o estudiante, pero también es posible que se exija para algunos visados de turista.
Además de planificarlo con suficiente antelación, hay que tener en cuenta que este tipo de exámenes deben realizarse en los centros homologados y autorizados por los Gobiernos de dichos países, como es el caso de Clínica Creu Blanca. Cada Certificado debe ser realizado por nuestro facultativo autorizado por Inmigración, realizando inmediatamente las pruebas especificas de cada visado y país.
Estar preparado para los inconvenientes que puedan surgir durante el viaje
Uno de los más comunes es el jet lag, que provoca una serie de síntomas físicos y psicológicos asociados al cruce rápido de múltiples husos horarios. Los síntomas son casi siempre relacionados con el trastorno del sueño y la vigilia aunque en ocasiones también pueden aparecer problemas gastrointestinales. Para evitar los efectos del jet lag es importante ajustarnos lo antes posible al horario de destino evitando dormir durante las horas del día aunque estemos muertos de sueño.
Otro aspecto a tener en cuenta es la protección de la piel frente a los rayos del sol para evitar quemaduras o aparición de manchas. Hay zonas del mundo en las que los rayos son muy agresivos y por eso es muy importante aplicarse factor de protección solar muy alto. Nuestra recomendación es que compréis la protección solar en el lugar de destino ya que los componentes serán los más adecuados a ese tipo de rayos.